MENSAJE DE MAURICIO LOPEZ A LA COMUNIDAD CVX DE MIAMI 7-31-14 Hola a todos, muy queridos amigos de la CVX de Miami, amigos ignacianos, todos los que con tanta fuerza trabajan en este sentido de promover la Espiritualidad Ignaciana para las personas que más lo necesitan. He recibido con muchísimo agrado la invitación de poder enviar este mensaje a ustedes, celebrando uno de los momentos más significativos en la vida de nuestra Comunidad. Es decir, el SI valiente, evocando el SI de Maria, en ese llamado de viabilizar el proyecto de vida de este Dios vivo con nosotros, encarnado, evocado en este si de hombres y mujeres que todavía hoy siguen deseando comprometerse. Es una hermosa noticia saber que en nuestra CVX siguen surgiendo perfiles de hombres y mujeres de a pie, que viven día con día en esta realidad que a veces nos confronta, nos interpela, y que quieren dar un paso adelante diciendo, hay esperanza, queremos promover un mundo distinto de otra manera, desde la esperanza. Hacer el compromiso permanente, hacer el compromiso temporal, son pasos muy importantes para la vida de la CVX, de hecho, son termómetros de cómo nuestra comunidad va dando también signos en medio de este mundo. No se trata de ubicar números, ni extender números para decir miren cuantas personas más estamos logrando que firmen este papel, no, es mucho más que eso. Es un signo de que la CVX tiene una palabra fuerte, significativa y valiosa que decir en el mundo de hoy, y que eso se concreta a través de hombres y mujeres que dicen si a la vida, si queremos en este modo de ser comunidad, en este modo de seguimiento del Reino, en este modo Ignaciano, pero sobre todo, Cristo céntrico, jugárnosla. La tónica de los Ejercicios Espirituales, vivida como centro de nuestra comunidad, nos debe llevar a eso, sanar la vida, encontrar el proyecto de Dios, ubicar también nuestra imagen frente al amor de este Dios que se nos entrega, pero dar un paso adelante, hacer discernimiento para realmente ubicar a qué nos invita Dios en este momento, en estas circunstancias, y su compromiso el día de hoy, que me alegra sobremanera, a la luz de una Tercera Semana. El seguimiento de Cristo, un Cristo vivo, un Cristo encarnado, un Cristo pobre, un Cristo incluso, que es llevado a la cruz. En ese sentido, ubicar cuál es nuestro llamado para vivir el seguimiento de ese Cristo entre nosotros. En medio de las realidades complejas que vivimos, ustedes en Miami sobre todo, respondiendo a una realidad de un mundo que jala, que arrastra cada vez más a una visión superficial, materialista. Cómo recuperar la profundidad, cómo ser hombres y mujeres jubilosas o jubilares, en medio de esta realidad, como nos pedía también nuestro querido Padre Nicolás, en la asamblea pasada. En las familias concretas, acompañando a los jóvenes en sus procesos, teniendo una mirada sensible y abierta de otras expresiones también de familias, proyectos de vida familiar que se han encontrado también con tropiezos, y que quieren también reencontrarse con el llamado de Dios. ¿Quiénes somos para juzgar?, como ha dicho el Papa Francisco. Mostremos entonces, como nos llama también nuestra Asamblea de Líbano, una actitud de apertura, de acogida, de respeto, de sensibilidad para estas también expresiones diversas, que nos interpelan, y que cada vez más también nos muestran un rostro concreto de un Cristo que nos llama a trabajar por los más excluidos. ¿Quiénes son los más excluidos el día de hoy? Finalmente, yo los invito a que en este compromiso que hacen, a toda la CVX de Miami, tan cercana a nuestro corazón en la CVX de América Latina, y en su misión dentro de la CVX de los Estados Unidos, una invitación a orar profundamente el llamado de Líbano, que asumimos que es el llamado del Espíritu para toda la CVX, sobre todo, reconociendo que estamos llamados a dos cosas fundamentalmente. La primera, a vivir las herramientas ignacianas que nos han sido regaladas, y que hoy que ustedes hacen un compromiso, les son tan propias, tan naturales, tan profundas, llevarlas a otros y otras que tanto lo necesitan en el mundo de hoy. Compartir lo que nos ha sido dado por gracia, y llevarlo también como gracia para otros. Sobre todo, y el segundo punto es, aquellos que se encuentran en las fronteras. Disciernan cuales son las fronteras, los puntos, los espacios, las personas sobre todo, concretas, donde hay una necesidad más urgente de acompañar, y hay que ir a esas fronteras, y sentirnos en casa en ellas, para compartir esta vocación, desde el lenguaje y la sabiduría, a veces incluso sin posibilidad de expresar algunas de nuestras premisas, pero que se note con nuestra vida. Que nuestro ser CVX se note, que podamos vivir en las fronteras, sea en la globalización y pobreza, sea en la familia, sea en la ecología, sea en los jóvenes, sea donde sea, siempre y cuando sea discernido, y que ahí hagamos verdad este proyecto del Reino, y en todo amar y servir. Sean bienvenidos a esta gran comunidad, donde estamos todos tratando de servir y acompañar un proyecto mayor a nosotros, y soñando en grande, también a la luz de este llamado del Papa de preferir ser una Iglesia que está accidentada por salir a la calle. Que salgamos a la vida, que confrontemos también todo nuestro ser con esas realidades, y que podamos, pues, dar razón de nuestra esperanza. Un abrazo de Mauricio López, hermano de su comunidad, y actualmente haciendo el servicio desde el Consejo Ejecutivo Mundial. Que Dios nos bendiga, y que siempre nos invite al Magis. Un fuerte abrazo, y gracias por este regalo de poder compartir con ustedes de manera virtual. Que todo vaya muy bien. Suerte.
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La Asamblea Nacional de la CVX que se celebró en St. Louis, a la cual fui enviada fue todo un éxito. El tema que se uso “Desde nuestras raíces hacia las fronteras” fue el mismo de la Asamblea Mundial en Líbano 2013. Mi experiencia es difícil de transmitir en estas líneas, sólo puedo decirles que me confirmo y dio claridad a mi vocación de vivir la espiritualidad Ignaciana y su estilo de vida en esta Comunidad de Vida Cristiana, la cual es local, regional, nacional y mundial. Sentí esta alegría con todas las diversas comunidades, representadas por coreanos, vietnamitas, anglos e hispanos, trabajando en una misma misión. Recibí consolación y esperanza. Somos el cuerpo de Cristo en los Estados Unidos. Todos recibimos la claridad de que significa ser CVX-USA. Es un don de la Iglesia. Un Carisma concedido a la iglesia que no tiene la intención de ser el único modo de vivir la Espiritualidad Ignaciana. Es una vocación y una elección libre de vivir en esta comunidad. CVX-USA. /WCVX. Nunca pensé que yo pagaba por una revista, siempre pague porque creí que era mi deber contribuir en la Comunidad que me representa. En los últimos meses entró en mí ese pensamiento de pago (por una revista) y es todo lo que recibo y me dio desolación trabajar en una comunidad con esa mentalidad. La claridad que recibí en esta Asamblea fue el entender que CVX/USA, no es una organización corporativa al modo del mundo en el cual vivimos donde pagamos por el servicio. Regresé a mis raíces, al encuentro de mi primer amor, cuando empecé este camino en el año 2000. El lenguaje que ahora tengo es de Misión y Contribución en una comunidad en la que creo. Me siento feliz y con deseo de trabajar y contribuir a la misión de Jesús y no me siento sola, porque la nación y el mundo entero están trabajando para el Reino en todas las comunidades cristianas. Soy parte de un Cuerpo el de Cristo. Ligia Morales CLC SFR |
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